
Suele ser común en todos los hogares que la actividad en ellos comienza cuando ya se han acabado las horas de sol. Para conservar la energía que generan durante el día, los paneles solares instalados en nuestros tejados, una de las opciones es la instalación de baterías solares convencionales, aunque eso suponga un sobrecoste.
Sin embargo, una de las soluciones más novedosas son las baterías virtuales o monederos virtuales. Pero, ¿qué son las baterías virtuales?
Las baterías virtuales no son objetos físicos, no han de instalarse ni tampoco son programas digitales.
Las baterías virtuales son un concepto creado por las empresas para poder mejorar las condiciones de gestión y el aprovechamiento de la energía solar. Su funcionamiento se basa en comprar y vender los excedentes, es decir, la energía que no ha sido consumida por el propietario de la instalación fotovoltaica puede venderla a las comercializadoras.
La comercializadora tiene un recuento de todo el excedente que tienes en la red, por ello, se entiende que la empresa se encarga de su almacenamiento, y cuando necesites consumir energía de la red, se te descontará de ese ‘monedero energético’.
De igual manera, hay que considerar que el recuento de energía se hace en forma de euros, por lo que se adapta al precio energético actual. Así, se permite mantener todo el excedente para cubrir otros gastos y reducir el consumo y las facturas.
Cada empresa puede ofrecer una tarifa con unos costes distintos por el servicio de las baterías virtuales. Sin embargo, la inversión es mínima.
Por ello, se posiciona como un servicio mediante el cual, el cliente puede gestionar su energía sin un coste tan elevado como el de una batería convencional, ya que no requiere instalación.
Otra ventaja es que tampoco ocupará espacio en el hogar.
Como es lógico, una batería solar física podría recibir daños que necesiten reparaciones, generando costes para los propietarios.
En el caso de las baterías virtuales, las comercializadoras son las responsables de resolver cualquier contratiempo.
El propietario puede aprovechar la energía solar acumulada para cubrir gastos de facturas de meses posteriores ya que las baterías virtuales no tienen una fecha límite de caducidad. De hecho, es posible utilizar los excedentes para cubrir los gastos de una segunda residencia y conseguir un mayor ahorro.
Haciendo uso de baterías virtuales, el propietario puede generar su propia energía, consumirla y conservarla. Las horas de luz no aprovechadas se guardarán para usarlas cuando las necesite.
La energía fotovoltaica es una energía limpia y renovable. Por lo tanto, al consumir la propia energía solar que se genera, el propietario está poniendo su granito de arena para luchar contra el grave problema del cambio climático.
Fuente: Energynews.es